Seguro que todos habeis oído la expresión "si no está en la primera página de Google, es que no existe" y comentarios similares a este. Esto, obviamente, no es cierto siempre, pero demuestra nuestra dependencia de Google como única fuente de información.
En Facebook pasa algo similar con las entradas que ponen los amigos; alguna vez me han preguntado que si he visto uno de sus mensajes en el muro, pero Facebook no me lo ha mostrado. Esto es porque Facebook, de vez en cuando y no sé con que criterio, desactiva la opción "Ordenar: Más recientes" y activa la opción de mostrar por relevancia.
Lo que en estos casos está sucendiendo es que estamos viendo en funcionamiento los sistemas de recomendación de estos servicios, los cuales tienen como objetivo proporcionarnos información similar a otra que ya consideramos importante en el pasado. Es decir, que las cosas que nos muestran son similares aquellas que clicamos más, dijimos que nos gustaban o provienen de fuentes que ya hemos utilizado.
Esto, que a priori no tendría porque ser un problema, ya que si es algo similar a algo que ya nos gustó en el pasado, es probable que nos guste también, y por lo tanto, como consumidores es lo que más les interesa ofrecernos. Pero el problema que ello conlleva es que nos limita a descubrir cosas nuevas, y de algún modo nos impide conocer y saber de la existencia de cosas que esos filtros consideran que no nos gustan o no vamos a consumir.
Lo que aquí está chocando es el uso de Google, Facebook y otros servicios como herramientas de libre acceso a información, con la idea de servicios que al final tan sólo buscan optimizar beneficios y aumentar nuestro consumo.
Estas ideas las recoge Eli Pariser en una charla TED que os traigo hoy, donde explica esta situación, y lo más grave, es que no somos conscientes de ella, pues este filtrado no es explícito ni tenemos ningún control sobre ello, no hay forma de desactivarlo ni hay posibilidad de eludirlo, lo que limita nuestra libertad a la hora de elegir que información queremos consumir.
En Facebook pasa algo similar con las entradas que ponen los amigos; alguna vez me han preguntado que si he visto uno de sus mensajes en el muro, pero Facebook no me lo ha mostrado. Esto es porque Facebook, de vez en cuando y no sé con que criterio, desactiva la opción "Ordenar: Más recientes" y activa la opción de mostrar por relevancia.
Lo que en estos casos está sucendiendo es que estamos viendo en funcionamiento los sistemas de recomendación de estos servicios, los cuales tienen como objetivo proporcionarnos información similar a otra que ya consideramos importante en el pasado. Es decir, que las cosas que nos muestran son similares aquellas que clicamos más, dijimos que nos gustaban o provienen de fuentes que ya hemos utilizado.
Esto, que a priori no tendría porque ser un problema, ya que si es algo similar a algo que ya nos gustó en el pasado, es probable que nos guste también, y por lo tanto, como consumidores es lo que más les interesa ofrecernos. Pero el problema que ello conlleva es que nos limita a descubrir cosas nuevas, y de algún modo nos impide conocer y saber de la existencia de cosas que esos filtros consideran que no nos gustan o no vamos a consumir.
Lo que aquí está chocando es el uso de Google, Facebook y otros servicios como herramientas de libre acceso a información, con la idea de servicios que al final tan sólo buscan optimizar beneficios y aumentar nuestro consumo.
Estas ideas las recoge Eli Pariser en una charla TED que os traigo hoy, donde explica esta situación, y lo más grave, es que no somos conscientes de ella, pues este filtrado no es explícito ni tenemos ningún control sobre ello, no hay forma de desactivarlo ni hay posibilidad de eludirlo, lo que limita nuestra libertad a la hora de elegir que información queremos consumir.
Para mí, la frase que más reveladora de esta ideas es "There is no standard Google anymore"
Descubrí la charla de TED.com vía @boriel.
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